lunes, 9 de noviembre de 2015

Algo que sirva como oscuridad

Hoy sería un gran día para desconectar y hablar de secesiones, de discursos de humo y palabras que solo sirven para ocultar, pero no, y no es por pereza o porque me falte el buen humor, simplemente no me sale del forro de los huevos, o del escroto, como prefieran llamarlo.

Hoy quiero hablar del test de inteligencia colectiva al que nos someteremos el 20-D en lo que algunos llaman elecciones generales.

Ya lo dijo José Sacristán, y al decirlo consiguió sin proponérselo que le respete y admire un poco más, “Con todo lo que se sabe, muchos volverán a ser votados y habrá que admitir que somos un país de mierda”

Es pronto para saber si no nos quedará más remedio que admitirlo, aunque en el ambiente un tufillo a heces haga presagiar lo peor.

Y lo peor no es que votemos a los de siempre, a esos de los que “todo” lo sabemos, lo peor es que los de siempre nos consigan engañar como nunca. Lo peor es que tuvimos el poder, o lo rozamos con la punta de los dedos, y no han necesitado quitárnoslo. Nos han dado taza y media de su discurso del miedo, del miedo al cambio esta vez, nos han explicado que Podemos ser buenos Ciudadanos, y hemos puesto ese poder que conseguíamos palpar en una bandeja de plata y se lo hemos devuelto a los de siempre, agachando la cabeza y pidiendo perdón.

Decía el título de esta reflexión, algo que sirva de oscuridad, y por si todavía no te habías dado cuenta eso es Ciudadanos.

Siempre se cuela algo de luz


Ese Podemos de derechas que hacía falta para apagar nuestra luz, para embridar nuestras ansías, para cambiar el cambio y no cambiar nada.

Ciudadanos es tan solo la versión de Hacendado del Partido Popular.

Una marca blanca de los de siempre, de la banca, de las empresas, del Ibex, de la Troika, de quienes ustedes quieran, de aquellos que entienden que existe un orden preestablecido (un misionero vital que nos tiene a unos arriba y a otros abajo), de aquellos que quieren preservar ese orden natural denigrando los derechos de todos para preservar sus privilegios.

Ciudadanos vende cambio. Cambio como el que han auspiciado en Madrid o en Andalucía, dónde han permitido a PP y PSOE respectivamente seguir gobernando…

Ciudadanos es tan de centro como lo fue el gobierno de Aznar, ese gobierno que incluso algún ciudanita pone de ejemplo, ese gobierno que participó sin participar en la guerra de Irak, pese a lo que pensara usted o yo, ese gobierno que sopló y sopló hasta que la burbuja infló…

Como decía, para mí el 20-D no se celebran elecciones, nos examinamos como ciudadanos, pero cómo ciudadanos de verdad, si algo garantiza la democracia es que nos gobiernen tal y como nos merecemos, en nuestros votos esta merecer más o más de lo mismo, opciones hay, la cuestión es si sabremos elegir.

Si quieren mi opinión, el 21-D seremos un país de mierda, habremos votado a los de siempre (o a su marca blanca), ojalá me lleven la contraria.

lunes, 10 de agosto de 2015

Sé ahora

Una vez dije que el lenguaje era cruelmente polisémico. Que ni era justo, ni de recibo, que una nube pudiera cabalgar a lomos de una isobara o colgar de un servidor. No, no de mí, sino de un PC dedicado que nos ofrece acceso a la red. Red, que ni es roja ni sirve para pescar, pero que nos permite comprar el mejor atún rojo del mundo.

Y todo este onanismo mental ¿para  qué? estarás pensando... o no... pero yo te lo escribo igual. Todo esto para pensar qué significan las palabras.

¿Qué significa hogar?

Sitio donde se hace la lumbre en las cocinas, chimeneas, hornos de fundición,etc.

Todos mis paisajes

Ese es su primer significado para los que saben de letras y sillones, y por la lumbre y las chimeneas no van desencaminados. Pero el hogar es más, el hogar es ese sitio al que siempre añoras volver, el hogar es paz, es seguridad, hogar es ser sin disimular, hogar es el lugar dónde queremos estar más allá de condicionamientos espacio-temporales, hogar es el sitio donde sólo estar nos da felicidad...Y, ¿qué es la felicidad?


La RAE al rescate:

Estado  del  ánimo  que  se  complace  en  la  posesión  de  un  bien.

Creo que quien escribió esto en su puta vida ha sido feliz, ¿en la posesión de un bien? a cagar a la vía te mandaba... Qué feliz soy que tengo una moto nueva... ¿Y qué? Una moto, una casa, un móvil, un hijo o incluso un helicóptero, la felicidad no está en la posesión, ni de lejos, está en la acción.
  
La felicidad está en los viajes que vas a hacer, en lo que vas a vivir en esas cuatro paredes, en verlo crecer o en despegar, la felicidad está en la acción no en la posesión. La felicidad es un viaje no un destino.

Destino, otra bonita palabra con infinitos y subjetivos significados, vamos a ver su primera acepción. 

hado (‖ fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos).

La primera duda que me surge es si el hado será el marido de la hada, pero superada esta tontería, surgen otras. Fuerza desconocida, me gusta esa definición, que sea desconocida no quiere decir que sea sobrenatural ni irreal.

Que se cree que existe, yo particularmente creo, es más, me atrevo a afirmar que percibo el destino, pero no como Sandro Rey. No sé dónde estaré mañana, diría que lo notaba en los rayos de sol que calentaban tu café esta mañana. Pero como todo  es  relativo, como todo depende de nuestra  percepción, es posible que incluso el  destino exista para unos sí y para otros no.

El lenguaje es cruel y obstinadamente relativo, hogar, felicidad y destino, tienen tantos significados como momentos hay en nuestras vidas, lo curioso es que un buen día llegaste y sin pedir perdón ni permiso te quedaste con todos mis significados.

Lo curioso es que ya no hay relatividad, ahora sé junto a quién, por culpa de quién y cuál es.

Ahora sé. 

sábado, 13 de junio de 2015

Sustancia Mineral

Hoy quise saber sobre el destino, así que decidí preguntarle a una piedra.

La muy estúpida ni siquiera se dignó en contestarme, así que la levente con una mano y henchido de rabia la lance al pantano en cuya orilla nos encontrábamos.

Puede que esa maleducada piedra aun descanse en el fondo de ese amurallado río, puede que ahora mismo este cubierta de lodo o de algún subacuático musgo. Puede que su superficie albergue vida.

Vida que alimenta otras vidas, vida que oxigena.

¿Era ese el destino de la piedra o el mío propio, quizás el de ambos? Servir de soporte vital y convertirse en el dios del limo.


¿Pudimos elegir?

¿Podría la piedra haber contestado o yo haber sido racional?

Podríamos, quizás en otro universo, en otra dimensión, así fue. Podríamos.

Lo único cierto es que en el lugar en el que tu lees y yo escribo no tuvimos alternativa, lo que pasó, pasó, y no pudo pasar de otra manera, de haber sido diferente no estaríamos aquí.

El destino debe pues ser el límite, la frontera que hace de infinitas opciones nuestra opción, de infinitos universos el nuestro.

El destino es ese impulso energético que hace que exista una realidad que podamos interpretar.

El destino es ese impulso energético que hizo que tus pasos y los míos se juntasen.

El destino es eso que nos obliga a existir.

El destino es serendipia, es lo único.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Algo que sirva como luz

No puedo asegurarlo, pero puedo suponer que su majestad la reina doña Letizia y yo, no tendremos muchas cosas en común.

No puedo asegurar la parte real, si es cierto lo que leí, debo alabarle el gusto, ambos escuchamos Supersubmarina.

Y de ahí viene el titulo de la entrada, y ahora viene el por qué.

Podemos.

¿Qué es el fenómeno podemos? ¿Qué debe ser? ¿Qué consecuencias puede y/o debe tener?

No siendo sociólogo ni politólogo, no teniendo ni puta idea, mi opinión no debe ser considerada más allá de eso mismo, de los límites de mi propia opinión.

Para mí podemos debe ser Algo que sirva como luz.

Supongo que eso convierte a su recién estrenado Secretario General, Pablo Iglesias, en el farero mayor del reino... al menos eso pensamos Joaquín y yo...

Puede que el cargo de farero parezca poca cosa, sin embargo en este caso el faro no gira, y es responsabilidad del farero la elección de la dirección de ese haz de luz.

Supongo que si hablamos de dirección podemos pensar en izquierda y derecha, y si hablamos de diestros y siniestros tocará hablar de ideología.

O más bien del rechazo de Podemos a ser un partido de izquierdas (aunque lo sea).

Francamente, solo por el sarpullido que provoca esto tanto en la extrema derecha, ofendida porque Podemos trate de ocultar sus bolivarianas intenciones, y en la extrema izquierda de red social, con su tendencia a dar lecciones morales en 140 caracteres, ya me parece bien este abandono ideológico.

Una vez más, los extremos se tocan, o al menos reaccionan ante los mismos alérgenos.

Pero es que además, las ideologías que creemos absolutamente necesarias, o más bien la forma en que unos y otros las han ondeado cual pendón al viento, son las que nos han traído hasta aquí.

Son los diestros y los siniestros quienes han teñido el cielo de azul oscuro casi negro.

Luz abriéndose camino

La luz de Podemos debe iluminar un cambio absoluto, no de modelo sino de concepto de estado, un cambio tan radical que debe estar alejado de todo lo anterior. Podemos debe ser luz blanca, sin ningún filtro de color.

Por esto mismo, Podemos debe alejarse de todo lo que hay, ideologías, rebotados, partidos, instituciones, casta, etc. salvo de lo esencial, la ciudadanía.

Si lo consiguen, el cambio será real y efectivo, podrán y, ganen o no, todos habremos ganado por su culpa.

En mi opinión

Podemos